Cándido González y Martínez Morala, dos sindicalistas de la Corriente Sindical de Izquierdas de Asturies, inspiradores de la película "Los lunes al sol" de Fernando León de Aranoa, llevan 2 semanas en prisión.
En una de las manifestaciones de marzo de 2005 contra los Expedientes de Regulación de Empleo y en defensa de los puestos de trabajo de la Naval de Gijón, se produjeron una serie de incidentes, y una cámara de vídeo del Ayuntamiento quedó dañada. El Grupo Municipal de Gijón (PSOE-IU) y la Policía Nacional se personaron en la acusación contra estos dos trabajadores, miembros destacados del movimiento sindical, y finalmente, tras un juicio escandaloso, con total falta de pruebas, ambos sindicalistas fueron declarados culpables. El pasado 16 de junio ingresaban en la prisión de Villabona, habiendo sido condenados a tres años.
Efectivamente Cándido y Morala son culpables. Culpables de defender los puestos de trabajo de la Naval en Gijón (cosa que no hace ni la socialdemocracia ni los sindicatos mayoritarios), culpables por apostar por el empleo para el sector y por un futuro digno para la juventud asturiana (obligada a emigrar y dejar su tierra para buscarse la vida), culpables por liderar un sindicato combativo que no recibe subvenciones del gobierno y que basa sus acciones y resoluciones en la asamblea de trabajadorxs y no de una manera burocrática como el sindicalismo oficial y amarillo nos tiene acostumbradxs. Culpables en definitiva de oponerse al proceso especulativo e inmobiliario planeado sobre la ciudad de Gijón (los suelos de la Naval darán paso a viviendas de lijo) y de denunciar el juego conspiratorio entre el ayuntamiento (PSOE-IU) y los caciques del ladrillo.
¡Cándido y Morala llibertá!
En una de las manifestaciones de marzo de 2005 contra los Expedientes de Regulación de Empleo y en defensa de los puestos de trabajo de la Naval de Gijón, se produjeron una serie de incidentes, y una cámara de vídeo del Ayuntamiento quedó dañada. El Grupo Municipal de Gijón (PSOE-IU) y la Policía Nacional se personaron en la acusación contra estos dos trabajadores, miembros destacados del movimiento sindical, y finalmente, tras un juicio escandaloso, con total falta de pruebas, ambos sindicalistas fueron declarados culpables. El pasado 16 de junio ingresaban en la prisión de Villabona, habiendo sido condenados a tres años.
Efectivamente Cándido y Morala son culpables. Culpables de defender los puestos de trabajo de la Naval en Gijón (cosa que no hace ni la socialdemocracia ni los sindicatos mayoritarios), culpables por apostar por el empleo para el sector y por un futuro digno para la juventud asturiana (obligada a emigrar y dejar su tierra para buscarse la vida), culpables por liderar un sindicato combativo que no recibe subvenciones del gobierno y que basa sus acciones y resoluciones en la asamblea de trabajadorxs y no de una manera burocrática como el sindicalismo oficial y amarillo nos tiene acostumbradxs. Culpables en definitiva de oponerse al proceso especulativo e inmobiliario planeado sobre la ciudad de Gijón (los suelos de la Naval darán paso a viviendas de lijo) y de denunciar el juego conspiratorio entre el ayuntamiento (PSOE-IU) y los caciques del ladrillo.
¡Cándido y Morala llibertá!
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