jueves, 14 de enero de 2010

10 años de IZ.CA.


El dos de enero del año 2000, se celebraba en Madrid la Asamblea Constituyente de la Izquierda Castellana. Comenzaba el siglo XXI y no era difícil percibir los grandes cambios que estaban ocurriendo en el mundo. La URSS y en general los llamados regímenes del ''Socialismo Real'' en Europa habían ido cayendo, aparentemente como un castillo de naipes, parecía, y así nos lo vendían, que ya nada se podía oponer a un mundo unipolar con el neoliberalismo, el neoimperialismo y el pensamiento único como buques insignia, absolutamente triunfantes.

Pero las cosas eran ya en aquel entonces mucho mas complejas, y como es históricamente constatable, la ''inteligencia'' del capitalismo confunde frecuentemente también sus deseos con la realidad. Si bien era cierto que la URSS y los regímenes del socialismo real en Europa no pudieron soportar la ofensiva del neoliberalismo, no es menos cierto que en América Latina estaba ya en marcha una batalla contra ese modelo capitalista con claras connotaciones humanicidas impuesto por el imperialismo a nivel internacional, batalla en la que Cuba, elemento de conexión esencial entre la lucha por el socialismo en el siglo XX y en el siglo XXI, jugaba y juega un papel fundamental. El Foro de Sao Paulo fue también un instrumento de gran importancia en el final del siglo XX y en el inicia del siglo XXI como marco de agrupación de fuerzas progresistas y antiimperialistas no sólo en América Latina sino a nivel global.
Si el neoliberalismo, había comenzado su brutal andadura a sangre y fuego en América Latina, a través del golpe de estado en Chile contra el Gobierno legítimo de la Unidad Popular el 11 de septiembre de 1973, también fue allí donde esa variante del capitalismo más humanicida comenzó a recibir las más sonadas derrotas sociales y políticas. En el inicio del siglo XXI también era evidente que China con su modelo político-económico-social, específico y diferenciado del neoliberalismo – neoimperialismo, iba camino de convertirse en una referencia mundial, imposible de ignorar, en todos los ámbitos. Curiosamente la caída de la URSS permitió a ese país dar un gran salto adelante en el terreno científico – técnico, al emigrar hacia allí decenas de miles de profesionales altamente cualificados que se vieron abocados el paro o a la inactividad tras la caída del socialismo real en aquellos territorios.

Hoy al inicio de la segunda década del siglo XXI, el pensamiento único es pura pesadilla. El neoliberalismo – neoimperialismo ha sufrido importantes derrotas y ha tenido que vestirse de de colores para poder organizar una contraofensiva. Actualmente ya nadie pone en duda que el mundo no sólo no es ya unipolar, sino que es claramente multipolar. Está también cada día más claro que en este mundo multipolar en el que vivimos cada vez con mayor riesgo para la supervivencia del género humano, la alternativa entre socialismo entendida en su sentido más amplio y barbarie, en el sentido de autodestrucción, también en su acepción más amplio es cada vez más evidente.

En la constitución de la IzCa confluyeron diversos colectivos del castellanismo políticamente organizados entre ellos esta la UPC, de cuya fundación se cumplirán 25 años en el próximo verano, en el documento aprobado en la última asamblea de esta organización previa a la asamblea constituyente de IzCa, se hacía una reflexión sobre la crisis civilizatoria que ocurría en aquellos momentos y sobre la vigencia de la necesidad del socialismo en un sentido amplio. La IzCa, se constituye como decíamos el 2 de enero del año 2000, después de un dilatado periodo de reflexión, debates y lucha, con un objetivo fundamental dotar a las clases trabajadoras castellanas de un instrumento político capaz de articular las respuestas objetivamente necesarias, primero para resistir a la imposición del modelo neoliberal-neoimperial en Castilla; y segundo articular las fuerzas suficientes para la consecución de una Castilla antifascista y solidaria, es decir de una Castilla Comunera. Desde dos años antes de la constitución formal de IzCa, 1998, las gentes que íbamos a dar sustento humano y militante a ese proyecto, iniciamos una campaña contra el mantenimiento de la simbología y nomenclatura franquista en nuestras calles y plazas, enmarcada en una actividad global tendente a reforzar el movimiento y la conciencia antifascista en Castilla. Debemos de recordar que estamos hablando de la época de los gobiernos de Aznar, que muy especialmente a partir del año 1998 llevaron adelante una ofensiva en toda regla y sin complejos del fascismo español puro y duro como aderezo de la imposición del proyecto neoliberal-neoimperial en el Estado Español. Que ese proceso ocurriera sin resistencia social y política alguna en Castilla, era de vital importancia para el bloque dominante español. Las gentes que estábamos implicadas en la construcción de IzCa, por supuesto acompañadas de otros militantes antifascistas y anticapitalistas, fuimos capaces de romper esa unanimidad españolista en nuestra tierra. Y las movilizaciones antifascistas en las ciudades castellanas, con Madrid a la cabeza así como las actividades para la retirada de la nomenclatura y simbología franquista de nuestras calles y plazas con la retirada misma a golpe de mazo de éstas, fue una referencia importante en aquellos años duros, ¿cuáles no lo son?, para la lucha por la libertad. Por supuesto esa lucha tuvo un coste represivo, detenciones, juicios, multas,..., pero no hay lucha real que no tenga su coste en represión.

Los otros ejes claves del trabajo de IzCa en estos años iniciales fueron el avance en la conciencia comunera de nuestro pueblo, la dinamización de diversas luchas sociales y la solidaridad internacionalista. Dentro de las luchas sociales queremos destacar la lucha contra la violencia de genero y la lucha contra la economía criminal, la corrupción y la especulación. Hoy parece que esos objetivos señalados son banderas formalmente asumidas por tod@s, pero hace diez o doce años, casi nadie se atrevía a hablar seriamente de esas cuestiones y mucho menos a luchar seriamente contra ellas. Dicho con toda humildad, pero también con toda la responsabilidad, las personas que dimos y damos cuerpo a IzCa, fuimos vanguardia política en esas luchas, ahí están las hemerotecas para comprobarlo por si alguien tiene dudas.

La IzCa, no existe ni nació, para ser unas siglas más o para llenar un vacío melancólico o narcisista. La IzCa nació para ser un instrumento útil al movimiento popular castellano, para ser un ''arma política'' al servicio de los intereses objetivos del Pueblo Trabajador Castellano. Si dejáramos de ser eso, nuestra supervivencia no tendría ningún sentido. Desde luego la concepción de l@s que trabajamos en el proyecto de IzCa está totalmente confrontada con aquellos que conciben la organización revolucionaria con un fin en sí mismo. Para nosotr@s esta solo tiene sentido en la medida en que esté al servicio y sea útil al movimiento popular, a nuestras clases trabajadoras. Estos diez años de andadura, y sin entrar en un balance pormenorizado, creemos que con todas las dificultades y limitaciones así ha sido. Creemos que el Estado también tiene esa percepción sobre IzCa y no es casualidad que hayamos sido la organización política mas criminalizada y represaliada en Castilla en esta década, aunque por supuesto haya habido represión para otros muchos movimientos sociales y políticos, especialmente el movimiento antifascista al que expresamos nuestra plena solidaridad.

Desde las fiestas populares, pasando por los Villalares, la lucha contra la economía criminal, contra la violencia de genero, la lucha antifascista, la identidad comunera de nuestro pueblo, los derechos de los jóvenes... en todo ello la IzCa ha tenido un papel
singular en estos diez años de existencia. Hemos entrado de lleno en la ultima fase de un importante ciclo histórico, caracterizado
en el Estado Español por la confluencia de una triple crisis: la económica, con unas importantísimas repercusiones sociales que serán cada vez mas dramáticas; la política, el régimen salido de la transición está agotado estratégicamente hablando y solo le queda prácticamente la represión como vía para su reproducción, lo cual no quiere decir que no pueda durar mucho tiempo; y la institucional, en relación en buena medida con las dos primeras y que afecta muy especialmente en estos momentos a la relación de las instituciones catalanas con el conjunto institucional estatal español. Esta triple crisis no tiene salida en una pretendida continuidad, los cambios son inevitables, pero estos como siempre pueden ser en dos direcciones, una mayor involución o fascitización o un auténtico cambio democrático y por la justicia social. Salvando todas las distancias estamos en una situación con ciertas similitudes a la de los años veinte del pasado siglo, similar a la que aconteció con el régimen monárquico salido de la primera restauración borbónica en los años veinte. Actualmente la segunda restauración borbónica podemos afirmar que estratégicamente está acabada.En nuestras manos, está que las cosas vayan en una dirección u otra.

La IzCa pondrá todo lo que este a su alcance, aportará todo lo posible, para conseguir una auténtica ruptura democrática y por la justicia social en Castilla y en el Estado Español. Pero es evidente que sol@s no podemos conseguirlo, necesitamos confluir, converger con todas aquellas fuerzas de las diversas naciones bajo jurisdicción española e incluso con aquellas fuerzas de ámbito estatal que estén en similar honda. Ese es hoy el gran reto para el movimiento popular los próximos años serán definitivos para que las cosas marchen por uno u otro camino. Reiteramos depende de nosotr@s que en la próxima década podamos asistir al alumbramiento de una Castilla Comunera o por el contrario a una nueva vuelta de tuerca del españolismo profascita.

A partir del año 2019 se celebrará el 500 aniversario de la organización del movimiento comunero, es decir de la capacidad real y práctica del Pueblo Castellano para organizarse así mismo y en resistencia frontal contra el primer proyecto imperial capitalista global, en lo que Marx caracterizó como la ''Primera revolución seria'' en Europa, y aunque finalmente el poder comunero fue derrotado en Villalar en 1521 y en Toledo 1522, y con ello fue también derrotada momentáneamente Castilla como proyecto político, social y económico, en esta próxima década en la que hemos entrado que culminará como decíamos con el quinientos aniversario de la revolución comunera hemos de crear las condiciones para que aquellos objetivos que la lucha de nuestro pueblo no consiguió hace quinientos años, pero que han permanecido presentes en las diferentes luchas desarrolladas a lo largo de todo este tiempo muy especialmente en los siglos XVIII, XIX y XX sean conseguidos definitivamente.

Que "La sangre de los Padilla, Bravo y Maldonado que corren por nuestras venas y el ardimiento de que guardan memoria estos pueblos de las comunidades, garantizan el éxito de nuestras aspiraciones y deseos.'' tal como se decía en el texto del Pacto Federal Castellano firmado en Valladolid el quince de junio de 1865 por las diecisiete provincias castellanas y que dinamizó la caída de la monarquía y la proclamación de la I República. La IzCa va a llevar adelante una ofensiva política a partir de enero de 2010 con muy diversas actividades que tendrán como ejes principales la lucha por la soberanía y la justicia social en nuestro Pueblo. Esperamos que sea el inicio de ese movimiento popular ascendente que a lo largo de ésta década nos conduzca a la construcción de una Castilla Libre y Comunera.

Izquierda Castellana
Castilla a 11 de enero de 2010

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